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Mostrando entradas de 2016

Esclavos, cadenas y responsabilidades

Tras comentar en una clase de Bachillerato el mito de la caverna de Platón, descubro que la mayoría de los alumnos se sienten como los esclavos del relato. Los exámenes, las normas del centro, los padres, la presión social y la preocupación por el futuro son las cadenas que les obligan a permanecer en el fondo de la caverna, es decir, del aula. Pero a lo largo de la discusión recuerdan que están en una enseñanza no obligatoria. Tras un largo debate sobre lo obligatorio y lo elegido llegamos a una conclusión: Para un adulto (o alguien ya muy cerca de serlo) una obligación impuesta es una cadena; una obligación elegida es una responsabilidad. Y las resposabilidades son asunto de hombres y mujeres libres, no de esclavos.

Dos tipos de cosas

"En el tercer capítulo de Diferencia y repetición , al hilo de un fragmento de la República de Platón, Deleuze distingue dos tipos de cosas: las que dejan al pensamiento tranquilo y las que fuerzan a pensar. Las primeras son el objeto de un reconocimiento, el reconocimiento que apacigua la momentánea inquietud ante lo que a primera vista o en la distancia tal vez pareciera desconocido, extraño -la tranquilidad adviene, por ejemplo, cuando Sócrates reconoce a quien se acerca y profiere: “Buenos días, Teeteto”-. Las segundas, sin embargo, no se dejan reconocer, pues no encajan en el molde de lo que se sabe o se cree saber. Y lejos de inducir sosiego alguno, violentan al pensamiento y lo ponen en marcha al confrontarlo con algo ignoto que, por ser tal, desquicia el proceder habitual de nuestras facultades. Ya no se trata del objeto de un reconocimiento, de una maniobra calculada y prevista, sino de lo que Deleuze llama un encuentro. Este nombre, “encuentro”, encierra una multiplic

¿Deseamos realmente ser felices?

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La respuesta a esta pregunta no es tan clara como podríamos pensar. Basta considerar muchas de las elecciones que tomamos en nuestra vida. ¿Realmente buscan la felicidad? ¿Tiene razón Aristóteles cuando nos dice que es ella nuestro fin último? La discusión es compleja. Nietzsche ya dejó escrito en algún lugar que el ser humano no busca ser feliz, sino crear . En esa misma dirección se mueve la siguiente reflexión del filósofo Slavoj Zizek: 

Enfadarse correctamente

“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.” Aristóteles, Ética a Nicómaco.

El movimiento de las estrellas (o cómo descubrir las esferas de Aristóteles)

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Mientras repaso un tema de Aristóteles para Bachillerato me encuentro de nuevo con una de sus ideas sobre el Universo. Para él, el Universo está formado por un conjunto de esferas. La exterior alberga a las estrellas fijas y, dentro de ella, otras esferas móviles arrastran en su giro al resto de estrellas que podemos observar a nuestro alrededor. En su punto central se encuentra inmovil la Tierra, nuestro hogar. Alguien muy ingenuo y con poco espíritu crítico puede considerar infantil e injustificada esta visión del Cosmos. Sin embargo basta recordar que nuestra comprensión de la Naturaleza ha estado limitada durante siglos por los datos de nuestros sentidos, sin las ampliaciones y los desarrollos que la tecnología actual nos ofrece para conocer el mundo a escalas insospechadas. Por esa razón te proponemos lo siguiente. Para descubrir las esferas de Aristóteles olvídate de microscopios y telescopios, abre los ojos y sólo con ellos observa el movimiento nocturno de las estrellas. 

Miradas

Escribe Tzvetan Todorov en "La vida en común": "El niño busca captar la mirada de su madre no solamente para que ésta acuda a alimentarle o a reconfortarle, sino porque esa mirada en sí misma le aporta un complemento indispensable: le confirma en su existencia. (...) Como si supieran la importancia de ese momento -aunque no es así- el padre o la madre y el hijo pueden mirarse durante largo rato a los ojos; esa acción sería completamente excepcional en la edad adulta, cuando una mirada mutua de más de diez segundos no puede significar más que dos cosas: que las dos personas van a batirse o a hacer el amor". Se trata de la convivencia: duelo a muerte y dúo de amor en una sola mirada.

Un comentario escolar sobre un texto de Nietzsche

“ El mayor acontecimiento reciente -que “Dios ha muerto”- (…) empieza desde ahora a extender su sombra sobre Europa. Al menos, a unos pocos (…), les parece efectivamente que acaba de ponerse un sol, que una antigua y arraigada confianza ha sido puesta en duda. Nuestro viejo mundo debe parecerles cada día más crepuscular, más dudoso, más extraño, "más viejo" (…) Estas consecuencias inmediatas no son para nosotros (…) de ninguna manera tristes, opacas ni sombrías; son más bien como una especie de luz, una felicidad, un alivio(…). Efectivamente, los filósofos, los "espíritus libres", con la noticia de que el "viejo Dios ha muerto" nos sentimos como alcanzados por los rayos de una nueva mañana (…). Ahí está el horizonte despejado de nuevo, aunque no sea aún lo suficientemente claro; ahí están nuestros barcos dispuestos a zarpar, rumbo a todos los peligros; ahí está toda nueva audacia que le está permitida a quien busca el conocimiento; y ahí está el mar, nues

Las palabras

"Algunas palabras eran duras como piedras y otras se deshacían como la espuma al contacto con la lengua. De otro lado, enseguida advertí también que una palabra podía arreglarte el dia o estropeártelo porque había palabras que curaban y palabras que mataban, palabras que te hacían reír o que te hacían llorar, palabras que te adormecían o que te provocaban insomnio. Descubrí con asombro que las palabras dirigían la vida de los hombres, ya que, lejos de conquistarlas, según creíamos, eran ellas las que nos colonizaban. En gran medida, estamos hechos, o deshechos, de palabras". Juan José Millas.

Sobre la evolución del Cosmos

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Nuestra vida, con sus decisiones y sus caminos, con sus posibilidades y sus límites, tiene lugar en el seno de un inmenso conjunto de realidades diferentes entre sí –minerales, astros, otros seres vivientes- cuya unidad recibe el nombre de Cosmos. Desde la gran explosión hasta hoy, a lo largo de 10.000-20.000 millones de años, el Cosmos se ha ido constituyendo como estructura cambiante e inconclusa. ¿Podemos hoy, a la luz de los saberes actuales, afirmar algo razonable acerca de su evolución?  Para responder a esta pregunta hemos de detenernos en la palabra “evolución”. Su origen se encuentra en el término latino “evolutio”, que significaba la acción de desenrollar un papiro para ir leyendo lo escrito en él. Este término se introdujo en el lenguaje científico para describir la historia natural de los seres vivos, entendida como el desarrollo de una forma preexistente (preformacionismo). A finales del siglo XVIII cambia su sentido y pasa a designar la sucesiva aparición de formas

Llegar a ser alguien

Érase una vez, hace mucho tiempo, un modesto carpintero llamado Jesús que vivía en el pueblo de Nazareth. Nazareth era una pobre y pequeña aldea olvidada en un extremo lejano del Imperio Romano, tan insignificante como lo eran sus habitantes. Jesús no destacaba entre ellos por su riqueza, por ser un gran carpintero o por su papel en la comunidad. Él sentía que allí, perdido en aquel rincón olvidado del mundo, no era nadie. Pero quería ser alguien, así que pensó cómo lograrlo y eligió estudiar para ser rabí, maestro. Si quería ser alguien como aquellos hombres sabios debería aprender a leer y a escribir, debería estudiar lenguas y los textos sagrados, y así lo hizo. Se dedico a ello con tesón y esfuerzo, ocupando en la tarea todo su tiempo. Los niños de Nazareth con los que antes jugaba querían acercarse a él, pero él, pasados unos minutos, los dejaba para volver a sus estudios y llegar a ser alguien. Una vez, cuando caminaba apresurado hacia Jerusalén para conseguir un

Devenir sensible y devenir conceptual

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Deleuze/Deleuze "El devenir sensible es el acto a través del cual algo o alguien incesantemente se vuelve otro (sin dejar de ser lo que es), girasol o Acab, mientras que el devenir conceptual es el acto a través del cual el propio acontecimiento común burla lo que es. Éste es la heterogeneidad comprendida de una forma absoluta, aquél la alteridad introducida en una materia de expresión". ( Gilles Deleuze, Percepto, afecto y concepto ).

Un texto de Rousseau sobre la igualdad social

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Rousseau "La verdadera igualdad no reside en el hecho de que la riqueza sea absolutamente la misma para todos, sino que ningún ciudadano sea tan rico como para poder comprar a otro y que no sea tan pobre como para verse forzado a venderse. Esta igualdad, se dice, no puede existir en la práctica. Pero si el abuso es inevitable, ¿quiere eso decir que hemos de renunciar forzosamente a regularlo? Como, precisamente, la fuerza de las cosas tiende siempre a destruir la igualdad, hay que hacer que la fuerza de la legislación tienda siempre a mantenerla.”  Jean-Jacques Rousseau. El contrato social . Si, pero... ¿Por qué se dice que esa igualdad "no puede existir en la práctica&qu

Diario de clase: una falacia sobre responsabilidad política y responsabilidad penal.

Estudiando diversos tipos de falacias en 1º de bachillerato, un grupo de alumnos presenta la siguiente falacia por ambigüedad: El político X, imputado en un importante caso de corrupción,  no debe asumir ninguna responsabilidad hasta que un tribunal pruebe los hechos de los que se le acusa. ¿Por qué nos encontramos aquí con una falacia? ¿No es justificada la presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contrario? Se trata de una falacia porque identifica dos conceptos de responsabilidad que es necesario distinguir (de ahí la ambigüedad). El argumento confunde responsabilidad penal y responsabilidad política, siendo diferentes entre sí. La responsabilidad penal presupone la inocencia hasta que se demuestra la culpabilidad, mientras que la responsabilidad política, basada en la confianza de los ciudadanos, es compatible con la inocencia. No hay falacia de ambigüedad al exigir responsabilidades políticas por no haber respondido adecuadamente a la confianza ciudadana

Tiempo renaciente

La experiencia común del paso del tiempo es la de una sucesión de instantes, etapas, fases que se siguen las unas a las otras, según un orden de anterioridad y posterioridad que consideramos irreversible. El tiempo pasa, se suceden las horas, los días, los años, las vidas, las generaciones, y decimos con Homero aquello de: Cual la generacion de las hojas, asi la de los hombres. Esparce el viento las hojas por el suelo, y la selva, reverdeciendo, produce otras al llegar la primavera: de igual suerte, una generacion humana nace y otra perece. Pero esto nunca nos ha bastado. Si el tiempo sólo es sucesión y todo pasa, pasan nuestros anhelos, nuestras vidas, todo cuanto ve la luz y el olvido se adueña de todo. ¿Es ésa la última palabra sobre la naturaleza del tiempo? ¿Debemos conformarnos con ella y adaptar nuestra vida a esa verdad? No es necesario conformarse ni hay que buscar lo eterno como si acaso nos faltara. No sólo ciertos filósofos y poetas sino generaciones

¿Qué hacer cuando la vida no nos da lo que queremos?

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Despertar La radio está puesta. La voz de la locutora presenta el tema de un debate que ocupará los próximos minutos del programa. Dice así: ¿qué hacer cuando la vida no nos da lo que queremos? Quisiera escuchar el debate, pero otras circunstancias me lo impiden. Sin embargo hoy, al recordar durante un instante la pregunta, encuentro una respuesta breve, para desarrollar más adelante. La anoto antes de olvidarla. Cuando la vida no nos da lo que queremos, podemos hacer tres cosas. La primera, crecer, porque el niño caprichoso que somos a cualquier edad ha de dar paso al adulto. La segunda, despertar, porque podemos estar prisioneros de un sueño que nos aleja de la realidad, condenándonos a una insatisfacción perpetua si no salimos de su embrujo. La tercera, crear, es decir, dejar que de ti nazca algo nuevo, distinto de la mera prolongación de tu presente y de tu pasado, porque en el crear, en el dejarse nacer, se encuentra la verdadera respuesta al anhelo humano .

Diario de clase: ¿hay algo indudable en este mundo?

Estudiando el tema de Descartes con los alumnos de 2º de bachillerato les planteo una pregunta como actividad: ¿hay algo indudable en este mundo? El ejercicio no consiste sólo en responder a esta pregunta sino, a continuación, en tratar de cuestionar con algún argumento esa supuesta evidencia, porque filosofar implica poner en duda lo evidente.. Desde entonces no he podido quitarme "la pregunta de la cabeza". Y la respuesta más inmediata que encuentro coincide con la de la mayoría de los alumnos. Lo indudable para ellos es, en primer lugar, la muerte y en segundo lugar una verdad matemática como 1+1 = 2. A continuación viene el problema  porque hay que intentar poner en cuestión la supuesta evidencia de esas dos verdades. Pero ¿es posible? ¿Hay algún argumento capaz de cuestionar la evidencia de la muerte y de una suma sencilla como 1+1=2?  Vamos a intentarlo empezando por la suma. 1+1= 2 es una verdad indudable en el ámbito de la aritmética, pero no en otros con

Un test sobre inteligencia emocional

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Se suele definir la inteligencia emocional como la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar las emociones, tanto en uno mismo como en los demás, no tanto para negarlas sino para encauzarlas y dirigirlas positivamente. La inteligencia emocinal posee dos dimensiones: la intrapersonal y la interpersonal. Sus competencias son la conciencia de uno mismo, la autorregulación, la motivación, la empatía y las habilidades sociales. ¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles de tu inteligencia emocional? Puedes encontrar una orientación, sin valor diagnóstico, en el siguiente test: http://www.psicoactiva.com/tests/inteligencia_emocional.htm